‘Canelo’ Álvarez, una historia de éxito que comenzó gracias a la necesidad: “La desesperación es lo que lo lleva a debutar”

El 29 de octubre de 2005 en el gimnasio Óscar Chololo Larios, localizado en Tonalá, Jalisco, comenzó la carrera como boxeador profesional de Saúl Álvarez, y solo cobró 800 pesos

Aquella noche no hubo pago por evento, juego de luces, cantante invitado, pirotecnia ni nada por el estilo. Aún no había patrocinios, fama y fortuna, mucho menos el glamur de Las Vegas que lo ha acompañado en la mayoría de sus últimas peleas. No. Solo había un niño de 15 años pelirrojo que se asomaba aceleradamente a la adolescencia con un solo deseo: triunfar en el boxeo. Le decían Canelo y se llamaba Santos Saúl Álvarez Barragán.

Su figura delgada no llamaba mucho la atención de un gimnasio –el Domo Revolución Óscar Chololo Larios– al que apenas le cabía un millar de aficionados, con sillas metálicas y un ring en viejas condiciones. La suya no fue la pelea estelar, programada en cuatro rounds, pero con el paso del tiempo quedó ahí para el recuerdo del punto de inicio de uno de los mejores boxeadores mexicanos de la historia.

Obligado por la necesidad
Los apoyos económicos no llegaron, la necesidad llamaba y el objetivo de ayudar a su familia estaba en la mira, esas fueron las circunstancias que alentaron el debut de Saúl Álvarez.

Octubre de 2005, hace casi 18 años, quedó marcada la fecha del inicio profesional del campeón de los supermedianos, ¿el lugar? Un gimnasio que actualmente se encuentra en remodelación, hecho de aluminio, hoy en día luce oxidado, lleno de polvo, pero que cuenta con la historia del inicio.
800 pesos de pago
Así como en 2016 venció a Liam Smith, por el cinturón superwelter de la Organización Mundial de Boxeo, con un gancho al hígado, de la misma forma Saúl se alzó triunfador en su primera pelea.

Una olla de vapor, olor a sudor, cerca de mil personas en el gimnasio, la familia viendo en primera fila y un modesto premio de 800 pesos fue lo que envolvió su debut: “Cuando el réferi detiene la pelea el primer grito es de la señora, de la mamá de Saúl, que ese grito lo hemos escuchado en varias arenas del país y también ya en Estado Unidos porque es cuando se consagra con su primera victoria”, contó Martín.

Los planes en el amateur eran diferentes para Álvarez Barragán, pues la idea era llevarlo de a poco y que el profesionalismo tardara en llegar; sin embargo, tomó la decisión ante la necesidad de ayudar a su familia.

Sí, el camino inició en un humilde gimnasio de Tonalá, Jalisco, la última pelea en su tierra fue en 2011 en la Arena VFG, y la última en México en la Plaza de Toros; ahora regresa por la puerta grande y ante su gente como el mejor libra por libra del mundo.